Difuminar los límites entre el dentro y el fuera, aprovechando la benigna climatología de la Costa del Sol, y reafirmando el compromiso con la arquitectura vernácula mediterránea, serán los ejes de la intervención.
Por otro lado, se establecerán diferentes estrategias para usar la luz natural: patios, escaleras – lucernarios, dobles alturas… Cualquier excusa es buena para domesticar la luz y convertirla en el auténtico protagonista del proyecto. La vivienda se irá descomponiendo en función de la orientación para permitir el paso del sol dependiendo de la orientación.
La materialidad del proyecto trata de usar acabados lo más sinceros posibles: suelos de hormigón pulido que den continuidad a todas las zonas, revestimientos de madera aprovechando las grandes líneas de almacenaje, el uso de la terracota como elemento diferenciador y el techo como quinta fachada.